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Revista Toldo 3

3.1 Los límites del vidrio El vidrio sin más complementos no es un material protector del sol. Refleja solo el 8% de la energía total incidente y transmite el 80%. El 12 por ciento restante lo absorbe y luego lo irradia hacia el exterior y hacia el interior. Se considera como referencia un vidrio sencillo que sumando la transmisión y la radiación permite la entrada de un 87% de la energía recibida. Para mejorar su comportamiento protector se utilizan dos recursos: el teñido en masa y la adición de films específicos. El uso de los vidrios teñidos en masa y la adición de films específicos. El uso de los vidrios teñidos en masa está en declive. Aunque su diseño se ha perfeccionado sensiblemente y el carácter selectivo de su papel de filtro ha mejorado mucho sigue sufriendo los defectos citados: la distorsión de la visión y la reducción de la captación invernal. Cuanto más protección más importancia tienen los dos inconvenientes enunciados. En efecto los vidrios teñidos contemporáneos son mucho más opacos al calor que a la visión pero ya han llegado aun punto del que parece físicamente imposible pasar. Un vidrio de 12mm teñido en masa de gris puede reducir la transmisión infrarroja al 45% pero sólo permitirá el paso del 19% del espectro visible. Además el color añadido teñirá la visión exterior de una manera artificial dando al ambiente esa luz de tormenta a punto de estallar tan poco agradable cuando es permanente. Los vidrios teñidos en masa limitan su papel protector a la absorción de una gran parte de la energía recibida pero luego la emiten hacia el exterior y hacia el interior, con lo que parte de su eficiencia se pierde. Por ello su uso exclusivo se está reduciendo últimamente y se evoluciona hacia el uso de films adheridos sea a vidrios teñidos o claros. Caben dos recursos: las capas reflectantes que protegen reflejando la energía, y reduciendo por lo tanto la absorción, y las capas de baja emisividad que reducen la radiación de calor hacia el interior limitando así la transmisión total de estos vidrios de alta absorción. La innovación está optimizando las características de estos films que ya han conseguido un filtrado selectivo. La gama de soluciones es muy rica pero como siempre, para conseguir protecciones térmicas significativas se debe renunciar a la transparencia. La gama baja está formada por los films de colores plata y bronce como el 10/24 bronce que permite el paso del 10% de la luz y el 24% del calor. Las gamas altas son de color azul como el 40/50 al que corresponden protecciones del 40% de luz y el 50% del calor. La carrera para mejorar el comportamiento del vidrio como protección solar ha entrado en una tangente asintótica donde mayores costes difícilmente supondrán mejores rendimientos. La relación paso de luz-filtro de calor ya no se puede mejorar. Sólo la adición de films de baja emisividad puede mejorar ligeramente el comportamiento de estos vidrios al limitar la irradiación hacia el interior del edificio. No parece pues que el vidrio ofrezca por este camino grandes soluciones de futuro sin condenar al edificio a un invierno con escasez de luz sin opciones a la captación solar. El vidrio California, incoloro, con el 45% de energía térmica transmitida y el 72% de transparencia en el espectro visual parece haber marcado el límite de las posibilidades del material. Aunque quizás anecdótica, sí parece inteligente una solución aparentemente muy adecuada a nuestras latitudes: la fachada inclinada. Se trata de aprovechar la reacción de la transmisión solar en los vidrios cuando el ángulo de incidencia es bajo. Para una ciudad situada en el paralelo 50 si la transmisión de un vidrio es del 70% inclinando la fachada 10° esa transmisión bajará a 56% y con 15° al 43%. La transmisividad del vidrio se reduce radicalmente cuando el ángulo de incidencia se separa de la perpendicular 70° para el vidrio sencillo y 60° para el doble. Esta facultad está siendo utilizada en algunos proyectos nordeuropeos para conseguir una protección veraniega eficaz sin más que diseñar una fachada escarpada hacia afuera (Fig 27). Es evidente que en nuestras latitudes, al estar el sol aún más alto en verano, ese recurso sería aún más beneficioso. Es posible que el futuro de los vidrios esté en la transmisión variable, es decir el diseño de vidrios que modifican su capacidad filtrante sea en función de características exteriores, sea a voluntad del ocupante. Entre estos últimos los vidrios electrocrómicos, que modifican su color y capacidad filtrante por el paso de una corriente de bajo voltaje, son los más prometedores. Volveremos sobre estos caminos experimentales en el último capítulo. toldo técnica 32


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