ACTUALIDAD 14 Revista Toldo / Grupo Almansa Con la llegada del verano muchos se preguntan qué hacer para que la temperatura de casa no se dispare. Los meses de junio, julio y agosto traen temperaturas más altas de lo habitual en toda España, según la predicción estacional de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), por lo que nuestra casa se convertirá en refugio ante una ‘calle’ que es territorio prohibido hasta que se esconde el sol. Las previsiones de una época estival con temperaturas cada año más altas hacen que aislar nuestro hogar se vuelva una opción cada vez más interesante. “Las temperaturas extremas del verano ponen las viviendas a prueba. Cuando llegan estas fechas sufrimos lo que implica tener un hogar mal aislado o con problemas de ventilación y refrigeración”, explica Juan Almansa, director general de Grupo Almansa, que propone cinco consejos para lograr un respiro cuando el termómetro marca más de 30 grados. Revisar las ventanas: son la parte más vulnerable del hogar, es donde se registran más pérdidas energéticas. Unas ventanas de aluminio con doble acristalamiento serán un buen aliado para lograr un buen confort térmico de la casa. Además, se pueden barajar distintos vidrios de baja transmisión térmica y bajo factor solar o ventanas con rotura de puente térmico. Colocar protecciones solares: Ya sean toldos, screens, persianas, o láminas adhesivas en los cristales son una solución efectiva que refleja o bloquea la luz y el calor que entra por las ventanas. Reducen el calor en un porcentaje muy alto, en muchos casos dejan pasar parte de esa luz con lo que se mantiene la posibilidad de iluminación natural ahorrando en la factura de la luz. Mejora el aislamiento de techos y paredes: un buen aislamiento puede reducir más de un 30% la energía consumida por los aires acondicionados. ¿Cómo hacerlo? Contamos con diferentes soluciones que van desde pinturas que desvían el calor, pero reflejan la luz hasta fachadas ventiladas. Apuesta por aluminio para separar espacios: para los accesos a las estancias en el interior de la vivienda emplear este tipo de puertas implica segmentar el aislar aquellas zonas más calientes. Cerrar las habitaciones que no se usan o aquellas que reciben impacto directo del Sol impedirá que el calor se reparta por la vivienda. No más luces incandescentes: Si pese a todo se necesita iluminación artificial, para reducir el calor pero también el consumo debemos cambiar todas las bombillas de la casa por luz LED o lámparas de bajo consumo. Las bombillas incandescentes convierten el 90% de la energía que consumen en calor, y no consumen precisamente poca. Con poca inversión se puede observar la diferencia tanto en la temperatura de nuestro hogar como en la factura mensual. n Preparar la vivienda para soportar el verano
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